La primera Unidad Geriátrica de Ictus de Baleares hace balance de su primer año de actividad
El ictus es la segunda causa de mortalidad a nivel mundial, y dos terceras partes son personas mayores. Además, representa la primera causa de discapacidad física en este grupo y la segunda causa de demencia. Con una incidencia anual de casi dos pacientes por cada 1.000 habitantes, duplicándose con cada década cumplida, el ictus se convierte en una enfermedad muy frecuente en la población (1 de cada 100 mayores de 75 años). Para dar respuesta a esta necesidad, este mes de enero se cumple un año desde que SJD pusiera en marcha la primera Unidad Geriátrica de Ictus de las Islas Baleares, con el objetivo de brindar la oportunidad de un enfoque terapéutico geriátrico y rehabilitador.
Como explica la doctora Margarita Viñuela, jefa de Servicio de Geriatría del Hospital Sant Joan de Déu Palma · Inca, “es evidente que un porcentaje muy alto de pacientes con ictus son mayores y que debemos evitar la discriminación en el acceso a recursos y tratamientos en base a la edad y basarlo, sin embargo, en la situación funcional previa, individualizando las decisiones para poder dar una atención integral y eficaz. Los pacientes de edad avanzada tienen un mayor riesgo de mortalidad, peores resultados funcionales, mayor estancia hospitalaria y mayor probabilidad de ingreso en residencia”.
Recuperación
Según explica la Dra. Viñuela, “la existencia de más o menos secuelas depende de factores como la edad, la gravedad, la localización, la naturaleza de la lesión, la presencia de fibrilación auricular, diabetes o hipertensión. Los factores que más predicen la posibilidad de recuperación son la edad y el grado de autonomía previa. En lo que respecta a los mayores de 65 años sabemos que tienen mayor mortalidad, mayor discapacidad, que las hospitalizaciones son más prolongadas y que presentan mayor número de complicaciones, especialmente infecciosas».
Enfoque multidisciplinar
“El enfoque, como en cualquier otra unidad de Geriatría, es multidisciplinar y abordando al mayor de manera integral: las esferas médica, funcional, cognitiva, psicológica, social y espiritual. Se pretende, además, ayudar en la toma de decisiones y en la tramitación de recursos. Los diferentes profesionales que integral el equipo de la Unidad (médico geriatra, fisioterapeuta, terapeuta ocupacional, logopeda, equipo de enfermería, trabajadora social, neuropsicólogo y psicólogo), están permanentemente en contacto para poder dar respuesta a las necesidades que surjan. Tras el alta hospitalaria, este paciente continúa su tratamiento rehabilitador de manera ambulatoria o domiciliaria. Pacientes candidatos podrían también continuarla en el hospital de día geriátrico”, argumenta la responsable de la Unidad.
El criterio de los ingresos
Los pacientes ingresados en la unidad son mayores de 70 años, independientes o con dependencia leve y sin deterioro cognitivo avanzado, que precisan continuar ingresados para rehabilitación del ictus una vez la fase aguda es superada. Se excluyen los pacientes que sufren demencias o enfermedades neurológicas avanzadas, aquellos con una dependencia moderada o grave, aquellos pacientes paliativos en situación terminal o aquellos con trastornos psiquiátricos descompensados. “En esta Unidad, disponemos de 10 camas y las estancias previstas son de aproximadamente tres meses. La finalidad es la recuperación máxima de la funcionalidad, atendiendo la calidad de vida del paciente y adecuando los recursos sanitarios de manera eficaz y eficiente para reintegrar al paciente
en su domicilio o en la mejor ubicación posible”, concluye la Dra. Viñuela.
Balance
El primer año de funcionamiento de la Unidad ha sido muy positivo. A pesar de haberse visto reducido el número de camas en periodos concretos para atender las demandas de la crisis sanitaria causada por la pandemia SARS-Covid-19, a lo largo de este primer año de actividad, se han atendido 30 pacientes. Poco más de la mitad son mujeres.
¿Qué supone ser la primera y única Unidad en Balears? Lo explica la Dra. Margarita Viñuela: “Es una gran oportunidad para demostrar que los pacientes mayores también evolucionan bien si ponemos a su alcance las herramientas necesarias. Para nosotros, es un proyecto muy prometedor porque vemos que, aun estando en medio de una pandemia y con todas las limitaciones que esto ha supuesto, ha tenido muy buenos resultados a lo largo de este año».
El perfil del paciente tratado en la Unidad ha sido el siguiente: el 40% de los pacientes tenían entre 75 y 84 años y un 43% más de 85 años. Los pacientes menores de 75 años tuvieron estancias menores, de alrededor de 2 meses. El grupo de 75 a 84 años es el que mejor resultado global tuvo, aunque precisaron estancias algo más prolongadas. “Estamos muy satisfechos de que indicadores como la institucionalización (pacientes que venían de su domicilio y al alta hayan tenido que ir a residencia) y la mortalidad hayan sido inexistentes en la unidad. Todas las altas han vuelto al domicilio previo. Podemos concluir que la Unidad Geriátrica de Ictus ha tenido muy buenos
resultados y este tipo de abordaje especializado, ofrece una respuesta adaptada a las necesidades del paciente mayor con ictus”, resume como balance la Dra. Viñuela.