• Ya son casi 50 millones las persones afectadas por esta enfermedad

Hoy, 21 de septiembre, se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, evento que fue instituido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y auspiciado por Alzheimer’s Disease Internacional (ADI) en 1994.

El Servicio de Geriatría del Hospital Sant Joan de Déu Palma-Inca se suma a esta conmemoración y aprovecha para recordar la importancia del abordaje geriátrico integral a los pacientes mayores, no solo con enfermedad de Alzheimer (la más frecuente), sino con todo tipo de demencias.

La demencia es un síndrome que cursa con un deterioro persistente de alguna o varias de las funciones cognitivas (memoria, atención, lenguaje, capacidad visio-espacial, función ejecutiva, pensamiento abstracto o alteración de la personalidad), hasta el punto de producir una afectación en la capacidad funcional y social de la persona. Según progresa la enfermedad y van apareciendo trastornos de conducta y otras complicaciones, aumentan los ingresos, la dependencia y cada vez hay mayor sobrecarga del cuidador y mayor riesgo de institucionalización del paciente en residencia.

Ante el aumento imparable de casos con demencia, con casi 50 millones de personas afectadas en el mundo en estos momentos (estimándose que en 2030 la cifra rondará los 76 millones, y los 120 millones en 2050), y que es una enfermedad que afecta en su inmensa mayoría a las personas mayores, desde el Hospital Sant Joan de Déu Palma-Inca consideramos que se hace imprescindible el enfoque integral en el  abordaje con la detección precoz de problemas, los tratamientos activos de demencia y la planificación del alta, integrando al cuidador y garantizando el continuum asistencial.

En el Servicio de Geriatría del HSJD consideramos fundamental atender los siguientes objetivos fundamentales:

• atender de manera integral, multidisciplinar y especializada a los pacientes geriátricos con demencia en cualquiera de los estadios de la enfermedad, tanto en la vertiente farmacológica como en la no farmacológica
• asistir en los aspectos médicos y sociales, abordando de los trastornos conductuales y otros asociados a esta patología
• apoyar al cuidador/familia, para evitar o paliar el síndrome de burnout del cuidador
• adecuar el plan de cuidados al grado de evolución de la enfermedad de forma que se retrase el desarrollo de incapacidad y se reduzcan las complicaciones
• favorecer la posible reintegración del paciente en el medio comunitario y familiar, con apoyo y formación de la familia en los cuidados propios del paciente con demencia. Si esto no fuera posible, facilitar el acceso no discriminatorio y ágil de los pacientes y familiares a los recursos sanitarios y sociosanitarios.